Cómo ser buen maestro de ceremonias en una boda

Ser nombrado maestro de ceremonias en una boda es un honor, significa que los novios han confiado en ti para dirigir uno de los momentos más importantes de su vida.

La labor del maestro de ceremonias no es la de entretener, ni cobrar protagonismo. Es asegurarse de que el acto discurra con fluidez, tranquilizando a la feliz pareja y permitiéndole olvidarse de preocupaciones relativas a la ceremonia

Aprender a crear el ambiente idóneo lleva su tiempo, y la experiencia te va dando recursos que te ayudarán a celebrar una boda con éxito. Sigue leyendo si te interesa saber más...







Días antes de la boda, repasa bien el programa del evento, pero sin presión. 
La puntualidad es muy importante, te ayudará a sentirte seguro si cuando empiecen a llegar los invitados todo esté listo. Estás para ayudar a que todo siga su curso según está planeado. Tus gustos personales están supeditados a los gustos personales de los novios, ya que es su día, el maestro de ceremonias debe involucrarse en el diseño del acto, pero nunca imponer sus criterios
Se discreto
La ceremonia será más elegante si sabes bien distinguir qué cosas se anuncian por micrófono, y cuales es conveniente decirle a los invitados o a los novios fuera de micro.





Pregunta al personal de la finca  Si te han encargado que dirijas la ceremonia civil, deberías evitar que nadie del cortejo nupcial o sus familiares deban preocuparse por temas de organización. Ellos van a la boda a disfrutar, no a trabajar. 
Te ayudará mucho conocer al personal de la finca, al maitre y a los recepcionistas, así como al wedding planner si tuvieras la suerte de contar con uno. Ellos tienen información que apoya tu trabajo, por eso, habla con el staff, escúchales y adecuate a sus requerimientos

Ve preparado para imprevistos. En una boda me he encontrado con innumerables imprevistos. El sentido común me ha indicado cómo solventarlos. Retrasos, olvidos, falta de material, errores del sonido, errores técnicos, emociones que se desbordan impidiendo que la ceremonia siga su curso, saltos en el programa...

Ten un plan-B para cada uno de estos imprevistos. 

Organización. No caigas en la trampa de improvisar. Una vez que tomes el micrófono, agradecerás tener un buen guión, ya que el estrés del momento añade presión que te puede hacer cometer errores. Todos cometemos errores, pero que no sea por falta de organización.

Serenidad.  Puede que sientas que debes coordinar demasiadas cosas, que el programa no se está cumpliendo porque los invitados no se dejan conducir en cada paso. Como responsable que eres,  vienen a preguntarte y debes tomar decisiones de última hora, que todo esté en su sitio, que nadie se sienta incómodo. Si consigues relajarte y tener templanza, esta será la emoción que contagiarás a los demás. Deja que lo pasen bien.

Sencillez. Un mal maestro de ceremonias puede arruinar la boda con sus equivocadas decisiones. Apuesta por la sencillez. Huye de lo complejo. No tienes que dar discursos complicados, ni contar chistes, ni presentar a los participantes con una frase larga. Simplemente di ¡ A continuación cedo la palabra al padrino que quiere decir algo importante! Debes conseguir que las cosas se realicen en una manera tranquila y ordenada.

Humildad Cuando comiences a hablar, recuerda que el protagonista no eres tu, son los demás. Seguramente eres alguien ocurrente, encantador y locuaz, y aunque el público agradece unas risas, no es una comedia, es una boda. Que sean los novios los que elijan el ambiente que quieren crear, no tu. Estás aquí para que ellos se sientan bien

Honestidad. Nunca intentes parecer lo que no eres. La sinceridad y la naturalidad harán que los oyentes empaticen contigo, porque perciben que eres uno más de entre ellos, no alguien que sabe mucho o utiliza palabras y gestos engolados.


¡ TE DESEO UN BUEN COMIENZO COMO MAESTRO DE CEREMONIAS !


 Huffintongpost & Overload Wedding Guide